El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más comunes entre mujeres en México y el mundo. Es importante saber que una detección temprana puede aumentar significativamente las tasas de supervivencia y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Con este objetivo, en ESPAMEDIC te brindamos información útil sobre los principales estudios y procedimientos de detección temprana, porque creemos en la importancia de la prevención y en ofrecer servicios de salud ocupacional que cuiden integralmente de tu bienestar.

¿Qué es el cáncer de mama?
El cáncer de mama es una enfermedad caracterizada por el crecimiento descontrolado de las células en la mama.
La mama se compone principalmente de tres partes: lobulillos, conductos y tejido conectivo. Los lobulillos son glándulas que producen leche, los conductos transportan esta leche hacia el pezón, y el tejido conectivo, formado por fibras y tejido adiposo, rodea y da soporte a las estructuras mamarias. La mayoría de los cánceres de mama se originan en los lobulillos o conductos y pueden extenderse más allá de la mama mediante los vasos sanguíneos y linfáticos, proceso conocido como metástasis.
Aunque no es posible prevenir el cáncer de mama, la detección temprana es fundamental para disminuir la mortalidad, permitiendo que las mujeres sean diagnosticadas en etapas iniciales. Esto requiere de diagnósticos oportunos y adecuados dependientdo de la edad de cada mujer.
Autoexploración mamaria
La autoexploración mamaria, una técnica sencilla que cada mujer puede realizar en casa, incrementa la posibilidad de detectar tempranamente algún signo de enfermedad en las mamas. Se recomienda hacerla una vez al mes, idealmente a partir de los 20 años de edad, ya que la detección temprana es clave para mejorar el pronóstico y las opciones de tratamiento en caso de diagnóstico positivo.
Te presentamos el proceso de autoexploración que la Secretaría de Salud recomienda:



Imágenes: Secretaría de Salud, 2015
Mastografía
La mastografía es el método más común y efectivo para detectar el cáncer de mama en sus etapas tempranas, incluso antes de que se presenten síntomas. Este estudio de rayos X permite identificar nódulos y microcalcificaciones en los tejidos mamarios, lo que facilita un diagnóstico temprano.
La recomendación para realizare este estudio es a partir de los 40 años. Aquí te compartimos la frecuencia según tu edad:
- Mujeres entre los 40 y 44 años: realizarse una mastografía anual.
- A partir de los 45 hasta los 54 años: la indicación es someterse a una mastografía cada año.
- De 55 años en adelante: pueden optar por reducir la frecuencia a una mastografía cada dos años, o bien, continuar con los estudios anuales según su preferencia. .
Resonancia magnética
La resonancia magnética (RM) de mama utiliza un campo magnético y ondas de radio para generar imágenes detalladas del interior de las mamas. Este método permite observar con mayor precisión áreas sospechosas o afectadas por cáncer, y también puede emplearse para detectar la presencia de cáncer en la otra mama.
Las mujeres con un alto riesgo de cáncer de mama (un riesgo de por vida superior al 20% o 25%) deben realizarse una resonancia magnética (IRM) junto con una mastografía cada año. Este riesgo elevado puede estar relacionado con varios factores, como tener antecedentes familiares de cáncer de mama, especialmente si la madre o una hermana fue diagnosticada a una edad temprana. También incluye a aquellas con un riesgo de por vida de desarrollar cáncer de mama superior al 20% o 25%, portadoras de ciertas mutaciones en el gen BRCA o con un pariente en primer grado con esta mutación que no se ha analizado. Asimismo, se recomienda realizar estas pruebas a mujeres cuyos parientes en primer grado padecen ciertos síndromes genéticos, como el síndrome de Li-Fraumeni, el síndrome de Cowden o el síndrome de Bannayan-Riley-Ruvalcaba, ya que estas condiciones incrementan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Biopsia
Cuando un estudio previo revela una anomalía, la biopsia es el siguiente paso para obtener un diagnóstico definitivo.
Para obtener una muestra de tejido mamario, el médico introduce una aguja a través de la piel hasta alcanzar el área deseada del tejido mamario. La aguja es guiada mediante imágenes en tiempo real, ya sea por radiografía, ecografía u otro tipo de técnica de imagen, para asegurar su colocación precisa. Una vez en el sitio indicado, el médico extrae una pequeña cantidad de tejido de la mama para su análisis. Después de la extracción, suele colocarse un marcador metálico en el área de biopsia, visible en estudios posteriores, lo cual permite al equipo médico monitorear y localizar fácilmente la zona comprometida en seguimientos futuros.

La detección temprana es el mejor aliado en la lucha contra el cáncer de mama. En ESPAMEDIC, estamos comprometidos con la salud y bienestar de las mujeres en el ámbito ocupacional y personal. Por eso, promovemos prácticas de prevención y ofrecemos información para que cada persona conozca los estudios disponibles y tome decisiones informadas sobre su salud.
Si tienes dudas sobre qué estudio realizarte, te recomendamos acudir a una consulta médica para recibir una orientación personalizada. Recuerda, detectar el cáncer de mama a tiempo puede marcar la diferencia.
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